El sonoro timbre del despertador que había en la habitación
nos despertó delicadamente a todas a la vez. Dinah se quejó, Normani se dio la
vuelta, Ally fue al baño con su neceser para empezar a arreglarse, yo me quedé
quieta y Lauren...Lauren tenía su brazo debajo de mí, no sé cuánto tiempo había
estado así pero tenía que estar incómoda por necesidad. Aun no se había
despertado, seguía bocarriba en la cama, con gesto calmado y con menos ojeras
que ayer, parece que al menos ha descansado. Parecía una niña tan buena y tenía
un rostro tan angelical que me daba verdadera pena tener que despertarla. Perdí
la noción del tiempo y tan sólo fue recuperada cuando ella respiró hondo, se
removió a mi lado y abrió los ojos con dificultad debido a la luz que se colaba
por la ventana. Una vez se hubo acostumbrado sonrió y me miró directamente a
los míos provocándome un escalofrío.
-Buenos días.
-Emm...buenos días.
-¡¿Aún no os habéis levantado?! ¡Arriba mis niñas!
-¡Buenos días Ally! - se incorporó deprisa saliendo de la
cama y le dio un beso en la mejilla.
-Alguien se ha levantado de buen humor esta mañana.
-Sí - dijo sonriendo - he descansado mucho.
-Me alegro mucho cielo - le acarició la mejilla - Y el resto
a ver si se levantan de la cama y podemos bajar a desayunar algo antes de la
comida.
Comencé a incorporarme y a coger mi ropa del armario cuando
me giré y vi a Dinah a mi lado.
-¡Jod...! - del salto se me cayó todo lo que tenía en las
manos.
-Ese vocabulario Camila.
-Perdón Ally pero Dinah me ha asustado.
-Si no he hecho nada.
-Primero mírate esa cara en el espejo y luego me dices. ¿Qué
has hecho esta noche? Porque no estoy segura de si has estado durmiendo o si
estas de resaca.
-Karla Camila Cabello, no empecemos.
Dejé pasar el tema mientras me reía internamente, recogí mi
ropa y pasé al baño por delante de ella, me colé y le saqué la lengua antes de
que la puerta blanca casi diese en sus narices y de echar el cerrojo.
-¡Te odio Camila!
-Lo siento Jane, yo iba antes - me di la vuelta mientras
esta vez las carcajadas sí que eran sonoras.
Cuando abrí los ojos me encontré con la mirada escéptica de
Lauren que se encontraba delante de mí con los vaqueros aún desabrochados y sin
camiseta, sólo su ropa interior azul cubría su pecho blanco y resaltando, junto
con sus ojos, la blancura de su piel.
-Joder lo siento, no recordaba que estabas aquí, lo siento -
me giré avergonzada, esperaba que no me hubiese visto mirarla de arriba abajo.
-No te preocupes, tampoco vas a ver nada que no hayas visto
antes - ¿no se referiría a lo de la otra noche, cuando yo "dormía"
mientras ella se cambió no?
-¿Perdón?
-Sí, que no tengo nada que tú no...Creo. Oh Camila, por
favor, si me equivoco ya va siendo hora de que me lo digas, hemos dormido en la
misma cama.
-¡No te metas conmigo!
-En serio, es muy divertido - dijo riendo - deberías ver tu
cara.
Sin mediar palabra pasé por su lado, dejé la ropa encima de
la cisterna la rodeé para lavarme la cara, una simple excusa para poder
esconder el rojo de mi cara. Siempre conseguía ruborizarme y me gustaba. Me
encontré mejor cuando mi piel contactó con el agua tibia que había entre mis
manos, de pronto Lauren se colocó a mi lado y abrió la puerta de cristal del
mueble que había encima del lavabo y se puso de puntillas para alcanzar algo.
La miré de reojo y pude ver su torso firme y sus músculos levemente marcados,
era realmente bonita. La sangre se me heló cuando pasó una mano por mi cintura,
despacio, y luego la apoyó en el medio de mi espalda para hacer fuerza e
impulsarse.
-Lo siento, no llegaba a por el peine. Dinah tiene la
costumbre de ponerlo arriba.
-¿Eh? No, no pasa nada, no te preocupes. - Cambié el agua
tibia por helada. De pronto hacía mucho calor.
-¿Te encuentras mal?
-¿Por qué lo preguntas?
-Por la temperatura del agua, debe estar bajo cero.
-Es para despertarme antes - mentí, odiaba el agua fría - de
otra manera no me espabilo en todo el día.
-Ah bueno. ¿Te importa que termine de arreglarme aquí?
-¿Aquí?
-Sí, aquí Camila, en el baño.
-¿Así?
-¿Qué?
-Nada, nada.
-Estás muy rara hoy Camila, no sé qué te pasa. - Me pasa que
me pone nerviosa que te pasees a mi alrededor en ropa interior y encima me
vayas acariciando o tocando la cintura y la espalda o lo que sea.
-Claro que puedes cambiarte aquí, fui yo la que invadió tu
sitio.
-Sí, eres toda una villana, invades y conquistas todo lo que
tocas.
-Será que a ti no tus padres nunca te han hablado de las
bondades del pestillo.
Intenté que pareciese que no le había dado importancia a ese
comentario pero me había llegado hondo, no sabía qué quería decir con aquello.
Cuando hubimos acabado fuimos a desayunar y luego a practicar hasta la noche.
Los siguientes dos días casi rozaron la monotonía si no
hubiese sido porque cada momento con ellas es diferente aunque hagamos siempre
lo mismo, prepararnos a conciencia para la prueba final del bootcamp. La
relación con Dinah siguió estrechándose, congeniábamos muy bien, pero no me
había atrevido a contarle lo que pasaba con Lauren porque ni siquiera sabía que
pasaba con ella ni que era "lo de Lauren". Ally y Normani estaban muy
atentas con el resto y aunque parecían más serias solían seguirnos el juego y
cuando abrían la boca era para tener palabras bonitas, animarnos cuando
estábamos más cansadas y para hacernos reír. Lo irónico de la situación con
Lauren era que siempre era igual porque siempre era diferente, nos turnamos
para dormir con Ally para que así no tuviera que utilizar ese horrible sofá. Me
alegre de que ambas pudiéramos descansar bien pero echaba de menos sentir esa
paz que me proporcionó tenerla en mis brazos durante aquella madrugada.
La noche de antes estábamos demasiado alteradas para dormir
y hasta Ally se dio por vencida.
-Ya que no vamos a poder pegar ojo ¿qué os parece si
perfeccionamos algo antes de la actuación?
-Lo siento Ally pero llevamos cuatro días dando el
doscientos por cien de nosotras y no creo que tenga fuerzas para cantar algo
más hasta mañana.
-No me refiero a cantar, eso ya sólo depende de nosotras y
por supuesto de Dios, que nos prestará su mejor ayuda. Escúchenme, no hace ni
una semana éramos unas auténticas desconocidas, incluso ustedes que vivían en
la misma ciudad - se refirió a Lauren y a mí - y en tan sólo unos días hemos
pasado por mucho juntas. Tenemos las armonías, los tiempos y la letra, lo
tenemos todo pero no sabemos gran cosa la una de la otra, qué pensábamos la una
de la otra o cómo es nuestra vida. Creo que todo sonaría mucho mejor si
conseguimos transmitir la química y la confianza que tenemos las unas en las otras.
-¡Hagámoslo chicas! Me parece una idea muy buena y no quiero
enterarme de vuestras cosas cuando nos entrevisten por haber entrado en el
programa - Todas estuvimos de acuerdo.
Fue una noche realmente útil, me entere de cosas fascinantes
de la vida de todas como que Dinah vivía con otras 23 personas en su casa y se
emocionó al decir que quería que se sintieran orgullosos de ella y que todo el
sacrificio que estaban haciendo mereciera la pena. La línea de la conversación
fue por con todas y ahora las sentía mucho más cercanas, no quería conseguirlo
sólo por mi sino también por ellas. Me enteré de detalles de la vida de Normani
y Ally y por supuesto de Lauren. Por mi parte yo les conté cómo acabé siendo
una cubana americana y cómo había conseguido llegar aquí. Hoy más que nunca
puedo decir que quiero a estas chicas, las quiero de verdad y sé que haría
cualquier cosa por ellas.
Nos fuimos a dormir para intentar descansar aunque ninguna
pegó ojo y todas lo sabíamos. Hoy le tocaba estar a Lauren en la cama de Ally
así que yo pegué mis piernas a mi pecho, las abracé y me quedé mirando hacia el
frente, hacia ellas. Apoyó su espalda en el acolchado cabecero rojo de la cama
y vi sus brillantes ojos verdes mirarme en la oscuridad, debimos estar así unas
dos horas, no dijimos nada, no abrimos la boca, solo existían sus ojos
sosteniendo los míos desde una distancia exageradamente grande. Y así me quede
dormida nuevamente, con el estómago en un puño pero su mirada en mi mente. Lo
único que recuerdo es oírla susurrar un leve "buenas noches".
***
-¿Qué está pasando entre vosotras?
-¿Entre quienes? - me hice la tonta.
-Lauren y tú.
-No hables tan alto - las chicas se habían ido a recoger el
desayuno, aunque siendo justa con las palabras sería más correcto decir que
Dinah las obligó. - No lo sé, todo es muy confuso. ¿Por qué lo preguntas?
-Porque no estoy ciega, veo como actuáis, como se te cae la
baba con ella y cómo anoche estuvisteis mirándoos durante dos horas y media,
que por cierto se hicieron interminables ¡No cruzasteis palabra!
-Su mirada me relaja.
-¿La mirada de quién? - ¡Por qué siempre aparecía en el peor
momento!
-La mirada de...mi hermana Sofi. Deberías conocerla para
saber de lo que hablo, sí, un día te la presentaré.
-Ajá.
-No me mires así.
-¿Cómo?
-De manera escéptica. Otra vez.
-Que se le va a hacer, si mientes mal no es mi culpa.
-¡No miento mal! ¿Verdad que no Dinah? - Camila eres idiota.
Me volvía a mirar de esa manera - Mierda...
-Así que te relaja mi mirada ¿no? - mientras dejaba mi taza
de leche delante de mí sus ojos volvieron a clavarse en los míos pero no como
anoche sino con aires de victoria, inquisidores, esta vez no me iba a dejar
ruborizar.
-No más que la de Dinah o del resto de las chicas.
-Pues que pena - su sonrisa curva me estaba volviendo loca.
-¿Pena por qué?
-Porque... - se acercó a mi mejilla, me dio un beso cargado
de maldad y paró sus labios a milímetros de mi oreja, su aliento acariciaba mi
piel - porque a mí tu mirada sí que me relaja más que las suyas - su labios me
rozaron cuando pronunció esas últimas palabras y las tres nos dimos cuenta de
que suspiré demasiado fuerte, lo que le provocó a una sonrisa mientras se
alejaba y una cara de desconcierto en Dinah.
-Guau.
-Debo irme.
-Aún no has desayunado Camila, nadie lo ha hecho aún.
-Al baño. Debo irme al baño.
-¿Quieres que te acompañe? - de nuevo esa actitud picaresca.
-Si... ¡No! No mejor no. Dinah, vente tú - sin darle tiempo
a aceptar la agarre del brazo y tiré de ella. Pasamos por el lado de Ally y
Normani corriendo y esta última se nos quedó mirando, estaba segura que pensaba
que estaba loca pero era un secreto a voces, tampoco me molestó.
Entramos al baño tan deprisa que acabe tropezando con a
saber qué y Dinah tuvo que sujetarme para no clavarme el pico marmóreo del lavabo
en la tripa. Sentía mis mejillas arder y la necesidad de mojarme la cara pero
ella me detuvo.
-Si te mojas se te correrá todo el maquillaje y no tenemos
tiempo que perder, tenemos que salir de aquí en menos de 10 minutos si queremos
llegar a tiempo a la casa de Simon.
-Joder llevas razón, lo siento. ¿Pero tú has visto eso? ¿Qué
significa? ¿Qué ha pasado?
-Tú deberías saberlo. Dime qué es lo que piensas.
-No lo sé, la vi por primera vez hace ¿cuánto? ¿Siete días?
Apenas conozco nada de ella.
-Olvídate de todo eso y dime que sientes ahora mismo.
-Creo...sé que es una locura pero creo que me gusta.